Siempre escuché que uno de los tours básicos
de Bariloche es Circuito Chico y pude comprender la razón tan pronto lo
comenzamos. Es un área de paseo y relajación por excelencia. En el camino
encontrarás miradores, espacios disponibles para hacer paradas pues no se puede
simplemente pasar por allí y quedarte indiferente. Allí pudimos disfrutar mucho
de los paisajes naturales y de otras edificaciones que se embellecen con la
misma. La más importante el gran Hotel Llao Llao, la capilla San Eduardo y
muchísimos comercios de igual belleza que tienen el lujo de podernos atender
junto a una de las vistas más hermosas del mundo. Hay tiendas de artesanías,
cafeterías, restaurantes, casas de té, entre otras. Estuvimos en Punto
Panorámico que con el nombre pueden imaginar cuan bello es, es una terraza
donde te sirven aperitivos, hamburguesas, emparedados, entre otros. Un menú
sencillo pero que con la magia del lugar disfrutas mucho. Yo seleccioné un
emparedado que incluía arúgula, jamón serrano, queso brie, una maravilla,
delicioso. Una anécdota interesante es que para salir quisimos explorar otra
ruta, nos fuimos por una carretera que más tarde descubriríamos que es un
camino no tan popular, por casi una hora recorrimos aquella carretera sin
asfalto donde solo había arbustos a los lados y ningún otro auto. Fuimos los
únicos atrevidos en recorrer esa ruta que como bien me dijo mi amigo me
atemorizaba, no porque pudiera pasar algo, sino porque yo tenía un prejuicio de
que era peligroso teniendo en referencia mi país. Me relajé cuando vi una
muchacha sola caminando por allí, disfrutando de la naturaleza, ejercitándose
sin el miedo mal fundado que tenía yo. Entonces comprendí que si ella era de
ese lugar y caminaba sola en un lugar tan desértico era porque no había nada
que temer.
En esta oportunidad quiero compartirles lo que he ido aprendiendo de mi experiencia planificando mis viajes.
lunes, 18 de julio de 2016
sábado, 16 de julio de 2016
Conociendo Bariloche- Día 1
Al llegar esa tarde comimos un aperitivo de papas muy rico en la Cervecería Blest, muy recomendada. Hay muchas cervecerias en la ciudad, ojala tuvieramos mas tiempo para seguir conociendo. Esta 1ra noche cena y encuentro con una amiga de un pueblo cercano, Dina Huapi. Fuimos al restaurant Rincón Patagonico y tuvimos una hermosa velada. En esa ocasión probé la trucha que por cierto estaba muy buena. Comí mi primer alfajor que nos obsequió Yamila, deliciosos.
Al día siguiente que consideramos primer día de turismo fuimos a conocer la ciudad, paseando por la calle Mitre, visitando el Centro Cívico, tomandonos fotos con el lago Nahuel Huapi de fondo y degustando chocolates. Allí cerquisima del Centro Civico están los comercios. Quisimos tomarnos un chocolatito para el frio y descubrimos una deliciosa crema de calabaza, deliciosas empanadas y el chocolate claro.
Bariloche está lleno de chocolaterías. Mi preferida es Mamushka, el chocolate relleno de tiramisú es demasiado rico. Ademas tienen un diseño tan hermoso que para mi es una gran opción para regalar, así que cargué con algunas latitas como souvenirs. Pero hay muchas más y entre las que me gustaron mucho están Rapa nui y Torres, no da tiempo de peobarlas todas.
Ya en las tiendas aprovechamos y compramos algunas cositas como de costumbre. Seguimos apreciando el centro enmarcado por el gran lago, es impresionante. Una curiosidad es que algunos arboles están cubiertos por crochet, se ven super bellos y son reflejo del cuidado y cariño que le dan los barilochenses a su ciudad. Yo me enamoré..... Ah noo, ya estaba enamorada :)
Al día siguiente que consideramos primer día de turismo fuimos a conocer la ciudad, paseando por la calle Mitre, visitando el Centro Cívico, tomandonos fotos con el lago Nahuel Huapi de fondo y degustando chocolates. Allí cerquisima del Centro Civico están los comercios. Quisimos tomarnos un chocolatito para el frio y descubrimos una deliciosa crema de calabaza, deliciosas empanadas y el chocolate claro.
Bariloche está lleno de chocolaterías. Mi preferida es Mamushka, el chocolate relleno de tiramisú es demasiado rico. Ademas tienen un diseño tan hermoso que para mi es una gran opción para regalar, así que cargué con algunas latitas como souvenirs. Pero hay muchas más y entre las que me gustaron mucho están Rapa nui y Torres, no da tiempo de peobarlas todas.
Ya en las tiendas aprovechamos y compramos algunas cositas como de costumbre. Seguimos apreciando el centro enmarcado por el gran lago, es impresionante. Una curiosidad es que algunos arboles están cubiertos por crochet, se ven super bellos y son reflejo del cuidado y cariño que le dan los barilochenses a su ciudad. Yo me enamoré..... Ah noo, ya estaba enamorada :)
martes, 12 de julio de 2016
Bariloche en silla de ruedas
lunes, 4 de julio de 2016
Viaje a Bariloche, Argentina
Hace 10 años atrás conocí Buenos Aires y me dejo una muy grata impresión pero no solo eso, me dejó una asignatura pendiente que acabo de realizar. Volviendo atrás me explico, Buenos Aires me gustó por ser un lugar seguro, limpio y organizado. A lo largo de los años he conocido algunos Argentinos que no lo consideran tan así pero hay que visitar otras ciudades capitales para valorar el orden de la suya. Dentro del caos de ciudad importante repleta de habitantes le deja al visitante una sensación de orden que invita a más. Fueron 10 años de seguir conociendo un poco de su cultura por medio de la lectura, de videos, series televisivas y conversaciones con amistades de ese país que tanto me simpatiza. En ese transcurso de 10 años conocí otros paises pero siempre posponiendo mi viaje a la Patagonia esperando que las condiciones fueran perfectas. Por la naturaleza de mi trabajo debo viajar en los meses de junio, julio o diciembre siendo estas ultimas unas cortas vacaciones de poco mas de 2 semanas. De modo que junio y julio está más disponible pero le jugaba en contra que estos meses eran invernales y si mpre me han echado miedo de el crudo frio patagonico. Pensé que esperando, esperando ya habían pasado 10 años y me arriesgué. Empecé a estudiar el destino, leyendo itinerarios y diarios viajeros de otras oersonas, anotando y recopilando todos los datos de interes. "Viviendo la previa" como bien dirian mis amigos argentinos, pues disfruto mi viaje desde el día que decido a dónde iré. Hace todo ese tiempo soñé en una cabaña hecha en tronquitos de madera, con vista al lago Nahuel Huapi y con chimenea. Comencé a buscar y escribir a los propietarios para saber si reunian mis condiciones, la disponibilidad y que fuera accesible. Me atendieron muy bien en dos alojamientos pero una de ellas era con servicio más hotelero y como en muchas en vez de una cabaña, te alojas en una parte de una cabaña. Hasta que encontré las Cabañas Terrazas del campanario donde su spropietarios Carlos y Silvina me contestaron todas mis pregusntas, me enviaron hasta fotos más específicas y fueron más allá pues me ayudaron con la decisión del alquiler del auto. En todo este tiempo de análisis veiamos los reportes del clima y basicamente diariamente llovía. Nos asustaba la lluvia y la posibilidad de nevada en el caso de que alquilaramos auto. Carlos nos consiguió y recomendó una compañía In-out car rental, que nos atendió via email, concretando los acuerdos de renta. Despues de tanto estudiar llegó el gran día, llegamos a Bariloche y encontré la cabaña de mis sueños y la ciudad con unas condiciones optimas, el clima frio y delicioso y a pesar que alguna mañana llovió mientras dormiamos, la lluvia nunca intervino con nuestros planes. La cabaña es de ensueño, está muy bien mantenida, muy limpia y llena de hermosos detalles decorativos. Es una cabaña en la que duermen de 2-6 personas pero su máximo atractivo son las hermosas vistas. Me deleité desayunando, tomando un té y hasta arreglandome mirando embelesada el inmenso lago que decoraba toda la cabaña. Toda la cabaña repleta de cristales por donde se coloban los hermosos colores otoñales que servían de marco al protagonista: el Lago Nahuel Huapi. El calorcito de la cabaña nos dió la bienvenida mientras nos prometía que sería una hermosa estadía. El plan era sencillo: pasear, conocer, probar, deleitarnos con la naturaleza y lo pudimos realizar así y un poco mejor de lo imaginado. Nos acompañaron una pareja de viejos amigos que han resultado ser muy buenos compañeros de viaje con los que pudimos compartir esta hermosa experiencia.
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