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domingo, 12 de abril de 2015

España: Madrid y Toledo

Hoy me ha provocado hablarles un poco de mi viaje a Madrid, España. Fue un viaje corto pero delicioso. Fuimos en diciembre con motivo de la despedida de año, en realidad cualquier excusa es buena para montarse en un avión. Madrid es una ciudad sumamente hermosa, me sorprendio lo organizada que es. Los madrileños se quejan del tránsito, quizás por que no tienen una referencia como la del congestionamiento de tránsito aquí en San Juan. Comparativamente no tienen ese problema. La ciudad estaba repleta y aún así podiamos circular con tranquilidad, nos sentimos seguros a todas horas.
Madrid tiene tanto que ver. Desayunabamos y nos ibamos para la calle y se nos hacía la media noche con una facilidad increible. Se nos oasaban las hiras disfrutando de los paisajes. Entre mis favoritos El templo Debod, un templo Egipcio que adorna el paisaje y la plaza de toros Las Ventas. Nunca imagine que una plaza de Toros me fuera a llamar tanto la atención, pero su arquitectura es muy llamativa, construída en el estilo Neo mudéjar, el estilo más característico de laPlaza de Toros en España.  Hubiera sido una experiencia brutal ver una corrida, pero no se dan en estos meses. Creo que ni los toros aguantan tanto frio.
Si te dedicas a las compras, no te dará el viaje pues Madrid está lleno de comercios que te invitan a gastar. Desde su Corte Ingles hasta sus tienditas, todas bellas decoradas y a precios asequibles. Como fuimos en Navidad disfrutamos de los bazares navideños, que son como ferias de artesanias. Allí hice algunas compras, tenían una variedad tremenda, podia pasar hiras y hiras admirandolos.
Una de las cosas que más disfruté de Madrid fue la gastronomía. La comida es de alta calidad, hay muchos platos hechos artesanalmente como las croquetas que no tienen comoaración con ninguna otra. Los mariscos sumamente deliciosos, nunca había probado un pulpo más tierno y sabroso como en Madrid. Los vinos y las sangrías además de tener muy buen precio, eran ricos. Todas las comidas las acompañamos con estas bebidas. Pero algo que nos encantó fue comer por raciones. En vez de pedir un plato individual, pediamos por mesa. Así probabamos más cosas del menú y fue super divertido. En el restaurant de la Casa del abuelo disfrutamos de esta experiencia acompañado de su rico vino, mmmm dulce, exquisito.
 Para hablar de postres debo mencionar La Mayorquina, no por nada tiene su fama. Aunque siempre está abarrotado de clientes, son muy organizados y atienden rápido y aunque así no fuera, para comer los dulces más tiernos del mundo, vale la pena esperar. Lo que no disfruté tanto dueron los churros de San Ginés, no son malos pero no me enloquecieron.
Algo que me enamoró de España fue nuestra visita a Toledo. Hasta ahora mi top en ciudades Medievales. Cada muro, cada callejón es de película. Es difícil imaginar quw allí pueda vivir gente todo el año, parece más bien una ciudad para eodar películas. Pedimos a un taxista un tour y nos llevo a las afueras de la ciudad y nos hizo un photo shooting. Tenemos unas fotos espectaculares de la ciudad. Luego entramos a la misma y es dificil de expresar tanta belleza. Corriamos por los callejones tipo peliculas, los peatones tenían que arremolinarse a las paredes oara que el auto compacto pudiera pasar. De verdad el clima del lugar es sorprendente. Fuimos a un pequeño bar llamado El Botero. Un lugar pequeño y super acogedor. Tomamos el vino que ellos mismos cultivan y nos deleitamos con unos platos exquisitos. Yo comi las gachas manchegas, inexplicables. Con el frio de esos días, nada más apetecible. Toledo es ALUCINANTE!