Este post lo hago con la intención de motivar el turismo en silla de ruedas por Europa, en esta oportunidad específicamente en España. Pues le comento que en España la experiencia fue muy buena. Los garajes de gasolina están bien equipados con baños adaptados para personas con movilidad reducida.
España al igual que Italia son ciudades muy consientes con las necesidades de las personas con movilidad reducida.
Para su conveniencia le mencionaré los hoteles visitados:
Catalonia Granada tiene escaleras pero cuenta con elevadores desde la planta Baja.
Riu Chiclana Resort en Cádiz- un resort enorme. Las habitaciones adaptadas estaban ocupadas pero todas las habitaciones del resort cuenta con ducha y hay que mencionar que son habitaciones cómodas y cumplió su misión. Había allí un gran grupo de personas en sillas de ruedas de excursión.
Nh Collection Sevilla - Habitación con baño adaptado, súper cómoda. El metro en Sevilla también está muy bien adaptado, subes a el sin esfuerzo alguno. El metro se estaciona en una acera que queda a ras del interior.
Eurostars Convento Capuchinos- A pesar de estar dentro de la ciudad medieval está súper adaptado. Tiene habitaciones adaptadas en la planta baja pero también cuenta con elevadores. Las habitaciones son bien amplías y el baño adaptado enorme. Pasear por toda la ciudad fue muy fácil a pesar de tener el suelo adoquinado.
Existen taxis adaptados que por la misma tarifa que uno regular tienen su rampa en el interior. Y por lo visto abundan porque nunca nos hicieron esperar mucho.
En resumen, le recomiendo España para su viaje en silla de ruedas, así como lo hice en su momento con Italia.
En esta oportunidad quiero compartirles lo que he ido aprendiendo de mi experiencia planificando mis viajes.
miércoles, 10 de julio de 2019
jueves, 4 de julio de 2019
Enamorada de Segovia , España
Las personas allí se reúnen a charlar entre sí, a tomarse un vinito, una caña con o sin alcohol. Yo me enamoré tanto del tinto de verano que he repetido la receta en casa varias veces, con la ilusión de sentirme allí. Aunque lo vimos en todas las ciudades fue en Segovia que me animé a señalar lo curioso que era para mi ver tanta gente local en las calles, caminando, compartiendo. La chica a quien le pregunté me dice que eso es una tradición, que antes se veía aún más. Que las personas salen diariamente a lo que llaman “vivir la vida” incluso en invierno que hace un frío muy crudo. “No se puede uno quedar en la casa, hay que vivir la vida” decía. Palabras que me calaron hondo y me enamoraron más.
La comida de buena calidad aunque los meseros no son tan cálidos como estamos acostumbrados en el Caribe. Así como el resto de ciudades europeas visitadas, todo está muy bien adaptado. Algo que es muy diferente aquí, las gasolineras están muy bien equipadas con baños adaptados y alguno hasta con ducha.
Y como si no fuera tanto el encanto, Segovia está rodeada de pueblitos de ensueño como Pedraza, Sotosalbos, entre otras. Sin ser pesada pudiera hacer un comercial de bienes raíces en aquel lugar que robó un pedazo de mi corazón. Ya quiero regresar!
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