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jueves, 4 de julio de 2019

Enamorada de Segovia , España



Ok En este junio 2019 tuve el placer de dar un round trip por España. Visitamos en este orden: Madrid, Granada, el Peñón de Gibraltar, Cádiz, Sevilla y como la cherry del postre: Segovia. Es que me he enamorado de esta ciudad. Antes de... mi sueño era vivir un año en España y desde allí conocer cada rincón de Europa. Sueños, sueños son! Pero ahora esto se complicó porque el sueño que era difícil ahora se dificulta más porque ahora quiero “ retirarme y vivir en Segovia” nada más y nada menos. Y es que conocí un Segovia de encanto. No por su monumental Catedral ni tan siquiera por su majestuoso Castillo, me enamoré de “vivir la vida” en Segovia. En mis últimos viajes he definido más mis gustos al viajar y es que disfruto conocer las ciudades famosas del mundo pero me apasiona adentrarme en esos pueblitos pequeños, sencillos. Porque a pesar de su asombrosa arquitectura en Segovia se disfruta una paz envidiable. En todas las ciudades antes mencionadas vimos cómo la gente, sobretodo la gente mayor disfruta de dar un paseo caminando .  Allí  en Segovia vimos lo mismo pero era más tranquilo, silencioso, lleno de paz. Me quiero ir Ya! Para completar es un lugar seguro, con precios accesibles y las rentas a buen precio. Quien no quisiera vivir en  un vecindario como el de la foto? Y quien no quisiera pertenecer a este club de residentes? Yo sí!



Las personas allí se reúnen a charlar entre sí, a tomarse un vinito, una caña con o sin alcohol. Yo me enamoré tanto del tinto de verano que he repetido la receta en casa varias veces, con la ilusión de sentirme allí. Aunque lo vimos en todas las ciudades fue en Segovia que me animé a señalar lo curioso que era para mi ver tanta gente local en las calles, caminando, compartiendo. La chica a quien le pregunté me dice que eso es una tradición, que antes se veía aún más. Que las personas salen diariamente a lo que llaman “vivir la vida” incluso en invierno que hace un frío muy crudo. “No se puede uno quedar en la casa, hay que vivir la vida” decía. Palabras que me calaron hondo y me enamoraron más. 
La comida de buena calidad aunque los meseros no son tan cálidos como estamos acostumbrados en el Caribe. Así como el resto de ciudades europeas visitadas, todo está  muy bien adaptado. Algo que es muy diferente aquí, las gasolineras están muy bien equipadas con baños adaptados y alguno hasta con ducha. 
Y como si  no fuera tanto el encanto, Segovia está rodeada de pueblitos de ensueño como Pedraza, Sotosalbos, entre otras. Sin ser pesada pudiera hacer un comercial de bienes raíces en aquel lugar que robó un pedazo de mi corazón. Ya quiero regresar!

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