Otro viaje súper emocionante fue a Venecia. Desde que llegamos pudimos apreciar sus balcones adornados con flores de colores que decoraban la ciudad. Fue corta mi estadía pero suficiente para quedar impresionada por esta ciudad. Si algo me gusta más de viajar es conocer la cultura del país, observar cómo se desenvuelven las personas en su medio ambiente y no había conocido una ciudad tan diferente como Venecia. Cuando leemos de esta ciudad siempre señalan que son muchas islas enlazadas por muchísimos puentes pero no te lo imaginas tal cual. No existe un auto ni la posibilidad de él en este encantador lugar. Todo absolutamente todo se comunica por embarcaciones, incluyendo emergencias médicas y la policía. Es interesante ver el tránsito de embarcaciones de todo tipo, es el transporte local, turístico, comercial, todo. Muy fácilmente veras góndolas repletas de mercancía que una vez llega a su destino un mensajero la entrega a la puerta del negocio indicado. El transporte es fácil de entender, existe muchísimas paradas y están identificadas con las rutas que sigue cada vaporetto o embarcación. Y claro una vez en Italia teníamos que probar la pizza, nos gustó aunque no más que la americana, quizás por costumbre. La pizza tiene una masa extra fina, está cubierta por tomate fresco, no salsa y tenía queso pero no demasiado, estuvo bien. Lo que no podré olvidar es el rico sabor de los gelatos, mmmmm, demasiado deliciosos, existen de diferentes sabores. No debería pero hasta el desayuno terminaba con un gelato, no dejé excusa posible para degustar este rico manjar. La traducción en español sería helado pero esto es literalmente hablando, realmente en esencia no existe un postre como este en América, mmm, quiero más. Mi vista preferida irónicamente es la del cementerio de Venecia. Toda una isla dedicada a ello. No entiendo la razón pero me llamó mucho la atención las de ambulantes o limosneras de la calle, todas vestidas de negro, envueltas en largas mantas oscuras, acurrucadas y cabizbajas, para mí no pasaban desapercibidas. Lo de los malos olores es un mito u ocurre en otra época porque en ningún momento nos dio mal olor. Hay mucho más que decir de Venecia pero será en un futuro.
En esta oportunidad quiero compartirles lo que he ido aprendiendo de mi experiencia planificando mis viajes.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Venecia
Otro viaje súper emocionante fue a Venecia. Desde que llegamos pudimos apreciar sus balcones adornados con flores de colores que decoraban la ciudad. Fue corta mi estadía pero suficiente para quedar impresionada por esta ciudad. Si algo me gusta más de viajar es conocer la cultura del país, observar cómo se desenvuelven las personas en su medio ambiente y no había conocido una ciudad tan diferente como Venecia. Cuando leemos de esta ciudad siempre señalan que son muchas islas enlazadas por muchísimos puentes pero no te lo imaginas tal cual. No existe un auto ni la posibilidad de él en este encantador lugar. Todo absolutamente todo se comunica por embarcaciones, incluyendo emergencias médicas y la policía. Es interesante ver el tránsito de embarcaciones de todo tipo, es el transporte local, turístico, comercial, todo. Muy fácilmente veras góndolas repletas de mercancía que una vez llega a su destino un mensajero la entrega a la puerta del negocio indicado. El transporte es fácil de entender, existe muchísimas paradas y están identificadas con las rutas que sigue cada vaporetto o embarcación. Y claro una vez en Italia teníamos que probar la pizza, nos gustó aunque no más que la americana, quizás por costumbre. La pizza tiene una masa extra fina, está cubierta por tomate fresco, no salsa y tenía queso pero no demasiado, estuvo bien. Lo que no podré olvidar es el rico sabor de los gelatos, mmmmm, demasiado deliciosos, existen de diferentes sabores. No debería pero hasta el desayuno terminaba con un gelato, no dejé excusa posible para degustar este rico manjar. La traducción en español sería helado pero esto es literalmente hablando, realmente en esencia no existe un postre como este en América, mmm, quiero más. Mi vista preferida irónicamente es la del cementerio de Venecia. Toda una isla dedicada a ello. No entiendo la razón pero me llamó mucho la atención las de ambulantes o limosneras de la calle, todas vestidas de negro, envueltas en largas mantas oscuras, acurrucadas y cabizbajas, para mí no pasaban desapercibidas. Lo de los malos olores es un mito u ocurre en otra época porque en ningún momento nos dio mal olor. Hay mucho más que decir de Venecia pero será en un futuro.
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