Barcelona

Una ciudad museo. Barcelona tiene algunas cosas en común con Manhattan. Es muy turístico, paseamos en varias rutas de bus turísticos para poder conocer los sitios más interesantes y como en NY en cualquier calle encuentras una valiosa obra de arte. Me encantó el arte de Gaudí, uno de los mejores diseñadores de los últimos tiempos. Sus formas y colores, como en sus casas, están inspirados en la naturaleza. Su arte se caracteriza por sus colores intensos, las formas curvilíneas y las esculturales fachadas. En Barcelona la gente es muy liberal, una mañana caminabamos por una plaza y delante de nosotros iba un señor que toda su ropa era un tatuaje de ropa interior, los turístas disfrutaban de aquella peculiaridad. Visitamos el estadio de Barca, impresionante. Es un punto obligado de los turístas, sobre todo los más jovenes, tiene en su interior tiendas y hasta un museo de este tan famoso equipo. Una noche visitamos la fuente de barcelona montjuic, divina, las luces parecen bailar al ritmo de la música, un espectáculo encantador. La comida muy buena, como tapa comimos papas bravas, deliciosas, luego una rica paella. Me gustó que ellos no aderezan los sandwishes con grasa como la mayonesa y la mantequilla, ellos aderezan con tomate molido, delicioso. Los jamones son su especialidad, son todos de muy alta calidad. La gente es muy hospitalaria y símpatica. Aunque me quedó un sabor amargo de la ciudad porque luego de visitar Venecia, Croacia, Turquia y  Barcelona dejé en el taxi mi cámara de video con la memoria de todas las fotos de mi viaje. Lo único que quería recuperar era esa targeta de memoria pero no fue posible, el taxista no lo devolvió :(