New York, New York

Viajar a Estados Unidos no era para mi una gran ilusión por nuestro parecido cultural.... hasta que fui a Manhattan. Mi viaje a esta hermosa ciudad fue a mi juicio bastante completo. Hicimos todas las rutas posibles de los buses turísticos, visitando la famosa Estatua de la Libertad, el Empire State building y el maravilloso central park, entre otros muchos lugares de interés. Paseamos en tren hasta Coney Island donde valientemente probé las ancas de ranas y disfrutamos del mar. Visitamos el Museo de Historia Natural, el Museo de Arte Moderno, el de Cera entre otros. Estuvimos en esa ciudad durante el 4 de julio, escuchamos a la distancia los fuegos artificiales pues la lluvia nos retrasó y no pudimos ver desde un lugar más cómodos el show de fuegos artificiales tan popular. Lo más que me gustó fue el paseo en el central park, es mágico ese lugar, las casas tan hermosas del lugar pero sobre todo la diversidad de personas que puedes ver allí. Los menos eran americanos, habían personas de todas partes orientales, latinos... personas  de todos los colores. Me impresionó ver una cantidad considerable de judíos ortodoxos saliendo de un callejón, me dejaron con la boca abierta, ni en la cámara pude pensar, una pena. Me fascinó ver tanta gente arabe e hindú por todos lados. Mujeres con sus saris, otras con sus Hiyab, encantadores. No pude con la curiosidad y fui a visitar la comunidad hindú en Queen, Jackson Heights. Un sueño hecho realidad, no sé si había más magia en los colores de las ropa de las mujeres en las calles, las joyas en las vitrinas o el aroma al masala, al curry que inundaba las calles. Era imposible alejarse sin comprar algunas pulseras, un sari y por supuesto comer de aquella comida tan aromática. Fuimos a un restaurant que reseñaban como el mejor restaurant de comida hindú en New York, que banquete. Nos sentimos en India, sin duda la mejor experiencia en New York. Desde entonces siempre que viajo a USA busco un rincón hindú para deleitarme con sus manjares.