Siempre escuché que uno de los tours básicos
de Bariloche es Circuito Chico y pude comprender la razón tan pronto lo
comenzamos. Es un área de paseo y relajación por excelencia. En el camino
encontrarás miradores, espacios disponibles para hacer paradas pues no se puede
simplemente pasar por allí y quedarte indiferente. Allí pudimos disfrutar mucho
de los paisajes naturales y de otras edificaciones que se embellecen con la
misma. La más importante el gran Hotel Llao Llao, la capilla San Eduardo y
muchísimos comercios de igual belleza que tienen el lujo de podernos atender
junto a una de las vistas más hermosas del mundo. Hay tiendas de artesanías,
cafeterías, restaurantes, casas de té, entre otras. Estuvimos en Punto
Panorámico que con el nombre pueden imaginar cuan bello es, es una terraza
donde te sirven aperitivos, hamburguesas, emparedados, entre otros. Un menú
sencillo pero que con la magia del lugar disfrutas mucho. Yo seleccioné un
emparedado que incluía arúgula, jamón serrano, queso brie, una maravilla,
delicioso. Una anécdota interesante es que para salir quisimos explorar otra
ruta, nos fuimos por una carretera que más tarde descubriríamos que es un
camino no tan popular, por casi una hora recorrimos aquella carretera sin
asfalto donde solo había arbustos a los lados y ningún otro auto. Fuimos los
únicos atrevidos en recorrer esa ruta que como bien me dijo mi amigo me
atemorizaba, no porque pudiera pasar algo, sino porque yo tenía un prejuicio de
que era peligroso teniendo en referencia mi país. Me relajé cuando vi una
muchacha sola caminando por allí, disfrutando de la naturaleza, ejercitándose
sin el miedo mal fundado que tenía yo. Entonces comprendí que si ella era de
ese lugar y caminaba sola en un lugar tan desértico era porque no había nada
que temer.
Hermoso, me remonte a ese lugar. Viajar es vivir
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