El pasado 20 de
septiembre de 2017 la isla de Puerto Rico recibió el embate del peor huracán
visto en la historia de la isla, el Huracán María. Es importante resaltar que
el huracán María llega a solo dos semanas del paso del huracán Irma. El huracán Irma no entró a tierra pero sí
trajo inundaciones, deslizamientos, árboles y postes eléctricos caídos. Sin reponernos apenas de este, llega María. Huracán
categoría 5, aunque dicen que al entrar a la isla bajó a categoría 4, esto no
está confirmado. Los daños de este fenómeno
fueron catastróficos y aun a mes y medio del paso del mismo la isla no se ha
recuperado. La vegetación fue atacada con una furia increíble, la isla quedo marrón
luego de este golpe. Miles de árboles cayeron y otros quedaron sin ramas, el
paisaje parecía testigo de un gran fuego. Pero la naturaleza se está reponiendo
a pasos agigantados y a esta fecha ya se torna bastante verde. Esto es muy
significativo para los puertorriqueños pues nos da esperanza y animo ver este
progreso natural.
No así de fuerte
ha sido la infraestructura. Cayeron muchísimos postes eléctricos, puentes,
carreteras y miles de casas. Miles perdieron sus techos. Quedando sus
residentes y pertenencias a la intemperie. Otras miles cayeron por completo o
se inundaron. Algunas comunidades
quedaron incomunicadas por derrumbes, puentes o carreteras rotas. Es muy triste decir que al día de hoy aún hay
personas en esas condiciones. Y peor aún
pensar en las muertes y desaparecidos víctimas de este ciclón
Todos los
puertorriqueños se han visto afectados por este monstruo, el que menos perdió
sus alimentos por el apagón de energía eléctrica. Los primeros días fueron de
gran desasosiego pues al salir de las casas, los arboles caídos impedían el
paso. Los vecinos se unieron a los esfuerzos del gobierno para quitar estos obstáculos.
Cuando quisimos salir en auto nos encontramos que no había gasolina, algunas
personas pernoctaron 2 y 3 días para adquirir la misma. Otro de los
impedimentos fue obtener dinero de los bancos pues no había sistema. Cuando
hubo había que hacer filas de horas largas bajo el sol para poder ser atendido.
Algunas entidades financieras limitaron la cantidad de retiro a $100. Me parece
muy injusto que no tengas acceso a tu dinero, cuando más lo necesitábamos. Todo era fila pues los supermercados y mega
tiendas cuando abrieron, no permitían que las personas entraran sin formarse en
una larga cola, bajo el sol. Fueron días de mucha tensión y siento que Walmart
trabajó muy mal esta emergencia pues además de la fila, había un hombre con megáfono
gritándole a los que esperaban: Atentos a la fila, Vamos, Muévanse, Rápido!!! Otra fila era para buscar agua para las
necesidades de la casa. El agua potable aún hoy es difícil de conseguir en las
tiendas. No creo que había necesidad
para este maltrato. Para comprar hielo también había filas kilométricas. El correo federal se paralizó por más de 2
semanas. Estos días debías decidir a qué
fila dedicarte, pues se te iba el día en ello.
Una vez comenzamos a trabajar, se presentó otro problema: Como había
toque de queda hasta las 7:00pm. Los bancos y comercios cerraban antes de las
5:00pm. Por lo que los empleados no podíamos adquirir los productos necesarios.
Luego del paso
de María se ha levantado un sentido Patrio que no demostrábamos antes, las
personas han puesto banderas de la isla sobre sus casas, en los autos, los
camiones de ayuda las exhiben y los comercios anuncian su apertura con una
frase que se ha hecho la más popular de estos días: Puerto Rico se levanta!!!
Aprovecharé para
hacer una reflexión muy personal. Odio hablar mal de mi isla, pero así lo veo. María
no fue responsable de todos estos daños. María encontró un país que por la
corrupción no está preparado como para estar en una zona de huracanes. Un país
que no ha respetado el curso natural de los cuerpos de agua. Encontró un país
carente de principios.
María sin
embargo nos dio innumerables enseñanzas, entre las que están:
1.
Aprendimos
a sobrevivir sin la luz eléctrica. Todas las noches comíamos bajo la luz de una
vela.
2.
Sobrevivimos
a vivir sin la tecnología. Sobre todo sin las redes sociales.
3.
Aprendimos
a valorar los alimentos, en muchas ocasiones no pudimos hacer las tres comidas.
Aún hay personas que carecen de ellas.
4.
Conocimos
a nuestros vecinos, las personas salieron de sus casas, por fin teníamos tiempo
de confraternizar. Los primeros días solo caminando se podía salir. Muchos
caminaban con machete en mano, dispuestos abrir caminos y ayudar a los vecinos.
5.
Nos
vimos obligados a aprender a tomar agua a temperatura ambiente. Tomar algo frio
era un lujo.
6.
Sobrevivimos
sin aire acondicionado, aunque con muchísima dificultad para algunos.
7.
Logramos
dormir con el miedo de ser atacados por mosquitos que podían transmitirnos
dengue, chikungunya y zika.
8.
Nos
acostumbramos a escuchar radio para informarnos y hasta entretenernos.
9.
Aprendimos
a valorar cada gota de agua y demás recursos.
10. Sobretodo aprendimos que nunca es suficiente cuando
nos referimos a los preparativos para un huracán.
11. María nos devolvió el Amor Patrio.
Los boricuas no
volveremos a tomar a la ligera el anuncio de un huracán. Las temporadas de
huracanes no volverán hacer lo mismo. Si esto no ocurre, nada aprendimos.
Si a este punto
no entiendes el título de esta entrada, reitero que aunque todos los
puertorriqueños nos vimos afectados, me siento afortunada de haber sido de los
menos sufridos y muy agradecida a Dios por su protección.